Tu desalentadora interna es esa voz que intenta convencerte de que no merece la pena arriesgarte. Cuando sueñas con algo más grande, aparece rápido para decirte: “¿Pero tú dónde vas? ¿En serio crees que puedes hacerlo? No tienes lo que se necesita.”
Si la escuchas, suele quedarse tranquila: mejor pequeñita, invisible, en un lugar seguro. Pero si insistes en tener ambiciones grandes, puede volverse crítica e incluso cruel, debilitando tu confianza para que desistas antes de intentarlo. Su misión es evitar que te expongas y que corras riesgos que ella considera peligrosos, aunque eso signifique cortar tus alas y cerrarte puertas.
Lo que quizá no notas es cómo su estrategia te mantiene en lo conocido, en lo pequeño, en lo que no desafía tu seguridad y comodidad. Te convence de que no eres suficiente y de que tus esfuerzos nunca darán fruto, para que no corras el riesgo de fracasar.
¿Cómo puede estar interviniendo tu desalentadora interna en el día a día de tu negocio sin que apenas te des cuenta?
🪆Te comparas continuamente con otras emprendedoras o empresarias y siempre sales perdiendo.
🪆Te llenas de dudas en cuanto te propones hacer algo nuevo o más grande.
🪆Evitas tomar decisiones arriesgadas por miedo a equivocarte.
🪆Te quedas paralizada ante retos que podrían hacer crecer tu negocio.
🪆Te convences de que no estás preparada para dar “ese paso” que deseas.
🪆Te autosaboteas con excusas que frenan tu avance.
🪆Pospones lanzar proyectos o subir precios porque crees que “no eres suficiente todavía”.
🪆Te sientes pequeña e impotente cuando imaginas adentrarte en siguientes niveles de expansión
🪆Te falta confianza para hablar de tu trabajo con seguridad.
🪆Te convences de que, aunque lo intentes, no llegarás demasiado lejos.
🪆Evitas la visibilidad porque crees que “no das la talla”.
🪆Te enfocas más en lo que podría salir mal que en lo que podrías ganar.
🪆Renuncias a oportunidades porque piensas que no las mereces.