Detrás de tu víctima interna hay una niña con miedo. Dicho de otra forma, tu víctima interna es un mecanismo de defensa para que no vuelvas a sentir ese miedo que una vez sentiste.
A qué tiene miedo exactamente aquella niña que un dia fuiste, solo lo puedes descubir tú si trabajas con tu crítica interna, pero aquí uno ejemplo para que entiendas un poco mejor como funciona este mecanismo de defensa:
Imagina una niña de 6 años, vamos a llamarla por ejemplo Olivia. El padre de Olivia no sabe gestionar muy bien sus emociones, especialmente el enfado. Cuando Olivia no hace lo que él quiere, su padre se enfada con ella y deja de hablarla o prestarle atención “para que aprenda”.
Cuando Olivia no puede más con esta situación, se queja, llora y acaba haciendo lo que su padre quería. En algún lugar del cerebro de Olivia se hace la asociación entre sentirse indefensa, hacer algo que no quiere y llorar para recibir la atención que necesita.
Olivia en este momento de su vida tiene miedo por primera vez a ser abandonada o incluso a que dejen de cuidarla. Desde su perspectiva infantil aprende: “Si lloras lo suficiente, lograrás la atención que siempre quisiste y te cuidarán”
Se crea una víctima interna para ayudarla a no sentirse nunca más así de ignorada. Su víctima interna le promete a esa Olivia de 6 años algo así como: “Tranquila, sentirte así ha sido horrible. Ahora estoy yo aqui para ayudarte. Yo me encargo de que recibas toda la atención y el amor que necesitas. Ya sabemos cómo hacerlo: Haz lo que sea necesario para ser tenida en cuenta, aunque no sea lo que tu realmente quieres, si se te olvida, yo te lo recuerdo.”
Tu víctima interna te ayuda a su manera, siguiendo la lógica de la niña que un día fuiste
Estáte atenta a mis email, pronto te lo desvelo