Tu procrastinadora interna es esa voz que siempre encuentra una excusa para dejar las cosas para después. A veces pospone tareas aburridas o poco atractivas, pero otras retrasa incluso lo que realmente deseas hacer.
Lo que busca no es sabotearte, sino darte un alivio momentáneo frente a emociones incómodas: aburrimiento, inseguridad, miedo al fracaso o incluso el riesgo de entrar en conflicto con alguien.
Y así tu procrastinadora interna te mantiene en una sensación constante de caos y de estar llegando tarde a todo.
¿Cómo puede estar interviniendo tu procrastinadora interna en el día a día de tu negocio sin que apenas te des cuenta?
🪆Retrasas lanzamientos, ofertas o campañas porque nunca parece “el momento adecuado”.
🪆Empiezas proyectos con entusiasmo, pero te cuesta terminarlos.
🪆Pospones tareas importantes y luego trabajas bajo presión extrema para cumplir plazos.
🪆Te distraes con ocupaciones secundarias en lugar de abordar lo esencial.
🪆Pasas demasiado tiempo planificando sin pasar a la acción real.
🪆Evitas llamadas, correos o conversaciones clave por miedo al conflicto.
🪆Te sientes culpable y ansiosa por lo que tienes pendiente, lo que reduce tu energía creativa.
🪆Postergas decisiones importantes porque temes equivocarte.
🪆Pierdes oportunidades porque no llegas a tiempo con propuestas o solicitudes.
🪆Te comparas con otras emprendedoras que parecen avanzar más rápido que tú.
🪆Te convences de que “mañana lo harás”, pero el mañana nunca llega.
🪆Vives con la sensación de que nunca alcanzas todo lo que te propones.
🪆Tu autoestima se resiente porque sientes que no cumples lo que prometes