Tu procastinadora interna es esa parte de ti experta en aplazar todo aquello que de manera consciente o inconsciente te parece desagradable. Es esa parte de tu interior que está convencida de que si te olvidas de hacerlo, probablemente se acabe haciendo por sí misma.
A veces es verdad que se trata de tareas bastante aburridas o poco placenteras como puede ser limpiar la cocina o acabar la declaración de la renta, pero otras veces se trata de actividades que por lo menos conscientemente tienes ganas de hacer.
Cuando tu procastinadora interna aplaza hacerlo comienza el eterno bucle: una sensación de caos constante, de no poder llegar a todo. Empiezas a criticarte y a dudar de ti misma, te sientes frustrada, estancada, inferior, culpable, ansiosa o insegura. Te estresas más y más hasta que llega un punto que no sabes ni por donde empezar. A veces como consecuencia otras personas pierden la confianza en ti porque no haces lo que has dicho que harías.
El alivio temporal que siente tu procastinadora interna cuando aplaza las tareas es lo que realmente hace muy vicioso este círculo.
No es que no te guste trabajar. Para nada, a veces trabajas muy duro haciendo otras tareas quizás menos relevantes en ese momento. No se trata tampoco de un problema con la gestión del tiempo, sino más bien de la regulación de tus emociones. Tu procastinadora interna tiene serias dificultades a la hora de enfrentarse a emociones desafiantes activadas por dichas tareas como puedan ser el aburrimiento, ansiedad, inseguridad, frustración o resentimiento.
A veces no se trata necesariamente de tareas, sino de comunicar cosas importantes para ti a otras personas que tienen el potencial de crear un conflicto. Tu procastinadora interna cree que si dices lo que realmente quieres y entras en un conflicto, puedes perder la conexión con dicha persona.
¿Te reconoces en las siguientes características?
🪆 Con frecuencia empiezas proyectos pero no los continúas hasta acabarlos. Tardas tanto en ponerte con esa lista de cosas que “tienes que hacer” que se te pasan los plazos para entregarlas.
🪆 Cuando pospones tareas, rara vez has tomado una decisión consciente de no hacerlo. Simplemente has seguido con tu vida y después de un tiempo te has dado cuenta de que no lo has hecho, que te has distraido con otras cosas.
🪆 A veces no es que estés evitando una tarea en específico, es más bien toda la planificación que deberías llevar a cabo antes de ponerte a ello. No sabes como, pero te resulta muy difícil encontrar un buen momento para hacerlo. O quizás es justo lo contrario, inviertes mucho tiempo en planificar los siguientes pasos, incluso de forma obsesiva, pero nunca empiezas.
🪆 También es posible que evites sin saber muy bien por qué hacer cosas que realmente quieres hacer, especialmente si se trata de actividades que implican asumir riesgos y la posibilidad de fracasar.
Déjame que te cuente el quid de la cuestión:
Por difícil que resulte de creer, tu procastinadora interna tiene una función muy clara:
Protegerte.