Tu complaciente interna es esa voz que te convence de que primero van los demás y luego, si queda espacio, tú.
Se preocupa por las necesidades de las personas cercanas, se desvive por ayudar y busca constantemente agradar para sentirse aceptada.
Si alguna vez te atreves a poner límites o a priorizarte, aparece rápido a criticarte: “eres egoísta, eres demasiado”.
Cuando ella está al mando, te resulta difícil decir lo que realmente quieres. Das mucho con la esperanza de recibir algo a cambio: atención, afecto, reconocimiento, pero si no llega, acabas sintiéndote invisible, poco valorada o incluso resentida.
Muchas veces crees que “no te enfadas nunca”, pero en realidad ese enfado está guardado en tu interior, esperando a salir. Y es precisamente esa energía la que necesitas para atreverte a marcar límites y sostener tu voz con más fuerza.
En el negocio, esta dinámica también afecta tu comunicación: al no mostrar lo que realmente piensas o deseas, tu mensaje en redes puede sentirse vacío o poco representativo de quién eres de verdad. Esto termina minando tu motivación y tu conexión con lo que compartes.
¿Cómo puede estar interviniendo tu complaciente interna en el día a día de tu negocio sin que apenas te des cuenta?
🪆Dices que sí a colaboraciones o proyectos que en realidad no quieres.
🪆Te cuesta poner precios justos por miedo a que piensen que es “demasiado”.
🪆Te adaptas al estilo de tus clientas o colaboradoras sin mostrar tu autenticidad.
🪆Evitas comunicar lo que de verdad deseas en redes por miedo al rechazo.
🪆Sientes que tu mensaje pierde fuerza y motivación porque no refleja quién eres.
🪆Das más de lo que recibes y luego sientes resentimiento.
🪆Crees que no te enfadas nunca, pero guardas mucho enfado reprimido que se convierte en agotamiento, frustración y sensación de vacío.
🪆Te cuesta decidir sola porque buscas validación externa.
🪆Postergas tus propios proyectos por priorizar lo que otros te piden.
🪆Te sientes culpable cuando intentas priorizarte o descansar.
🪆Tienes dificultad para expresar directamente lo que necesitas o quieres.
🪆Vives con la sensación de que nunca eres suficiente para los demás.
Querida, déjame que te cuente el quid de la cuestión:
Tu complaciente interna no quiere apagarte ni hacerte perder fuerza; en realidad intenta protegerte. Quiere asegurarse de que nunca pierdas la aceptación, el afecto o la conexión con los demás.
Pero en su intento de cuidarte, termina desconectándote de ti misma, de tu autenticidad y de tu capacidad de poner límites claros. Te hace creer que dar más siempre traerá amor, cuando en realidad lo que abre la puerta es atreverte a mostrar tu voz, con tu enfado transformado en fuerza y a comunicar desde lo que de verdad quieres.
Por eso, aprender a escucharla sin dejarle el volante de tu negocio es clave para crecer con más autenticidad, confianza y libertad.
Estas dinámicas de autosabotaje son profundas; no se resuelven con un test, pero sí puedes empezar a desenredarlas poco a poco.
Si quieres seguir descubriendo cómo se mueven estas partes internas en tu negocio, quédate cerca de la casita de Inconsciente femenino: en mis cartas íntimas hablo de ellas una y otra vez, compartiendo historias reales que inspiran, conmueven y te muestran cómo transformar estas partes internas en auténticas compañeras de tu expansión.