Detrás de tu intelectual interna hay una niña con miedo. Dicho de otra forma, tu intelectual interna es un mecanismo de defensa para que no vuelvas a sentir ese miedo que una vez sentiste.
A qué tiene miedo exactamente aquella niña que un dia fuiste, solo lo puedes descubir tú si trabajas con tu crítica interna, pero aquí uno ejemplo para que entiendas un poco mejor como funciona este mecanismo de defensa:
Imagina una niña de 5 años, vamos a llamarla por ejemplo Miranda. La madre de Miranda es una persona muy explosiva. Expresa sus emociones al máximo y cambia de un polo a otro en cuestión de segundos. Podríamos decir que su sistema nervioso está muy desregulado. A Miranda le genera mucha confusión que su madre sea tan impredecible. Cuando su madre se enfada, le llega a producir verdadero terror.
El cerebro de Miranda asocia expresar emociones con algo que es mejor evitar, algo atemorizante.
Miranda comienza a tener miedo a sentir. Vivir en tal caos emocional le produce tal terror que aprende a bloquear sus propias emociones. Desde su perspectiva infantil aprende: “Si no sientes, no hay dolor.”
Se crea una intelectual interna para ayudarla a no ser nunca jamás tan impredecible como su madre. Su intelectual interna le promete a esa Miranda de 5 años algo así como: “Tranquila, las emociones parecen ser cosa seria, realmente peligrosas. Ahora estoy yo aqui para ayudarte. Yo me encargo de que no seas como mamá. Ya sabemos cómo hacerlo: ¡Piensa, usa la cabeza! Lo lógico y razonable nos mantendrá a salvo.”
Tu intelectual interna te ayuda a su manera, siguiendo la lógica de la niña que un día fuiste
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