Terapia Sistémica

El enfoque sistémico dentro de la psicoterapia tiene su origen en la terapia familiar. Uno de sus puntos de partida es el hecho de que los humanos somos seres sociales: tenemos una relación con nuestra familia, nuestros amigos, nuestras compañeras de trabajo, nuestras parejas ,nuestros hijos, etc.  Además de la relación con nosotras mismas, con nuestros pensamientos, nuestras emociones y nuestro cuerpo.

Así, vivimos en un entramado de relaciones en el cual, al cambiar un factor, como por ejemplo puede ser un hábito o un comportamiento se altera el todo, ya que esta alteración afecta al resto de personas con las que nos relacionamos. Esta perspectiva entiende que los sistemas están en continuo movimiento. La terapia sistémica entiende por tanto los problemas desde marco contextual y su foco está en comprender y cambiar los roles y las dinámicas de las relaciones.

Muchas corrientes tradicionales dentro de la psicoterapia entienden los problemas de manera causal: se busca la causa para después pasar al tratamiento. El modelo de terapia sistémica observa sin embargo los fenómenos de manera circular y multicausal: Todo y todos estamos interrelacionados. Se caracteriza también por ser un enfoque de solución de problemas práctico más que analítico. La perspectiva sistémica ve al ser humano como un ser competente centrándose en sus cualidades positivas y rechazando patologizar.

En la terapia sistémica trabajamos con aspectos de nuestra personalidad, externalizaciones y visualizaciones, como por ejemplo nuestra niñao critica interior, con comunicación no violenta, con esculturas y constelaciones. Te ayuda a observar tu problema desde distintos puntos de vista, lo que a menudo abre nuevas perspectivas y trae consigo nuevas soluciones. La intención es apoyar tu sistema, tanto personal como social, en la búsqueda de su equilibrio.